La leyenda cuenta que, cabalgando por Tramacastilla, el jinete Pero Gil fue sorprendido por un contingente musulmán que empezó a perseguirle. Al llegar al Barrancohondo, se vio acorralado y tuvo que espolear a su caballo para saltar de un lado al otro del río. Por allí se escapó y, según se cuenta, el ejército enemigo perdonó la persecución. Así se cuenta y así lo transmiten generación tras generación los vecinos que, a finales de julio, recrean la historia con una pequeña representación con la que recordar ese momento de su historia reciente.